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Del alma al escenario: Anthony Alan y la pasión por revivir a Elvis Presley

Actualizado: 20 may




Antony Alan es un joven artista originario de Veracruz que ha conquistado al público con su impresionante tributo a Elvis Presley. Desde temprana edad mostró interés por la música y el espectáculo, y con el paso del tiempo desarrolló un talento especial para interpretar al “Rey del Rock and Roll”, no solo en lo vocal, sino también en su actitud escénica y presencia. Su carisma y dedicación lo han llevado a presentarse en distintos escenarios, ganándose el respeto y cariño del público que ve en él un homenaje vivo al legado de Elvis.

En esta entrevista exclusiva para Kaleidoscopio, Antony nos comparte cómo inició este camino artístico, qué desafíos ha enfrentado al interpretar a una figura tan icónica y cómo ha influido este personaje en su vida profesional y personal. También reflexiona sobre su crecimiento como artista, su visión del futuro y el mensaje que quiere dejar a las nuevas generaciones. Una charla sincera con un intérprete que ha encontrado su voz rindiendo tributo a una leyenda.

— ¿Cómo descubriste tu conexión con Elvis Presley?

Fue en una serenata. Yo estaba enamorado de una chica y le canté Can’t Help Falling in Love. Ella me preguntó si era de Elvis y yo, la verdad, ni sabía. Empecé a investigar sobre él y me encontré con una historia que me voló la cabeza. No solo era un artista, era un ser humano profundo, espiritual, conectado con algo más allá. Sentí que había algo en él que yo también tenía. Desde ahí, fue como un clic instantáneo.

— ¿Cuándo comenzaste a interpretarlo en público?

Empecé en 2023. Aunque ya había cantado antes, fue hasta entonces que me armé de valor para vestirme como él y presentarme en vivo. Al principio era solo un tributo, pero con el tiempo me di cuenta de que no solo estaba cantando sus canciones: estaba reviviendo su energía. Mis shows se han vuelto una especie de ritual donde me entrego totalmente, no solo vocalmente, sino espiritualmente.

— ¿Qué es lo que más admiras de Elvis?

Su capacidad de transmitir emociones tan intensas. No solo por su voz o su físico —que, claro, también son impresionantes—, sino por lo que proyectaba desde el alma. Era generoso, auténtico, hasta frágil. Se notaba que su arte venía de algo muy interno. También me identifico con su espiritualidad, con su búsqueda de un propósito más allá del show.

— ¿Qué significa para ti estar en el escenario?

Es mi espacio sagrado. Ahí es donde me siento más yo. No me gusta fingir ni hacer un show superficial. Quiero que la gente sienta algo real. Si estoy triste, lo transmito. Si estoy enamorado, también. Me gusta improvisar, fluir, mirar a los ojos a alguien mientras canto y saber que está sintiendo lo mismo. Eso no tiene precio.

— ¿Cómo ha reaccionado la gente ante tus shows?

Muy bien. Algunos hasta me han dicho que sienten que Elvis revive en mí, y eso me honra muchísimo. He visto personas llorar, cantar, bailar. Una vez, una señora se me acercó y me dijo que su esposo fallecido era fan de Elvis, y que verme fue como volver a escucharlo. Esos momentos me confirman que voy por buen camino.

— ¿Ves esto como una carrera a largo plazo?

Sí. Tengo claro que quiero dedicarme a esto. Pero también quiero hacerlo con autenticidad. No solo quedarme como imitador, sino usar el legado de Elvis para construir algo propio. Me encantaría grabar mis propias canciones, mezclar géneros, dar conciertos más grandes. También quiero formar una familia, tener estabilidad, y seguir sanando a través de la música.

— ¿Qué le dirías a los jóvenes que quieren seguir un camino artístico?

Que no esperen a estar “listos”, porque nunca te sientes al cien. Hay que lanzarse. Que escuchen su intuición y que no se comparen. Lo más poderoso que puedes hacer es ser tú mismo. A veces la gente no lo entenderá, pero si tú lo sientes de corazón, eso es lo que importa. Y también, que se rodeen de personas que crean en ellos. Eso lo cambia todo.

— ¿Hay alguna canción de Elvis que te conecte de forma especial?

Sí, If I Can Dream. Esa canción me estremece cada vez que la canto o la escucho. Es un grito de esperanza, pero también de dolor. Habla de un mundo mejor, de justicia, de paz… y siento que sigue siendo tan actual. La canto con el alma, y muchas veces termino con lágrimas. Me recuerda por qué hago lo que hago.

— ¿Qué consejo le darías a alguien joven que quiere dedicarse a la música?

Que lo haga desde el corazón. No por fama, no por likes, sino porque realmente no puede imaginar su vida sin eso. Que se prepare, que estudie, que respete el arte, pero que no pierda su esencia. El escenario no es un lugar para ser otro, sino para ser más tú que nunca. Y que no le tema al fracaso: cada error también canta.

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